JENIFER SEÑORÁNS
Durante mi Erasmus en Lecce, Italia, tuve la suerte de hacer mis prácticas en Charme Cheveux, un salón de peluquería muy conocido en la zona. Desde el primer día, el equipo me recibió con los brazos abiertos y siempre me ayudó en lo que necesitara. Aprendí mucho sobre el trabajo y mejoré mis habilidades gracia a esa gran familia.
Vivir en Lecce fue fantástico. La ciudad conocida como la "Florencia del Sur" por su hermosa arquitectura barroca. Me encantó explorar sus calles llenas de historia, probar sis típicas comidas y disfrutar de una animada vida social.
Uno de los aspectos más destacados de este período fueron las amistades que hice. Conocí a personas de toda España y compartimos momentos inolvidables con quienes establecí lazos que durarán toda la vida. Estas nuevas amistades hicieron mi experiencia aún más especial.
Mi tiempo en Lecce durante el Erasmus me ayudó a crecer personalmente y profesionalmente, sin duda fue una de las mejores experiencias de mi vida. Las prácticas en Charme Cheveux, vivir en esta ciudad maravillosa y las amistades que hice durante el período me dejaron recuerdos que nunca olvidaré. Sin duda, repetiría esta experiencia mil veces más.
NOELA MUÑOZ
Es una experiencia que cambia mucho, cuando volvais vais a ser personas diferentes", esta es la frase que mas se repitió los meses anteriores al viaje, en ese momento viéndome como una chica de 24 años que ya hacía años que había volado del nido esas fueron unas palabras que no me llegué a creer en ningún momento; que equivocada estaba.
En estos últimos tres meses me he encontrado con una yo totalmente diferente, desde la euforia inicial subiéndome por primera vez a un avión hasta la decepción inicial del primer día en Lecce, Italia, para luego enamorarme de todas y cada unas de sus calles, su gente y sus comidas. Los nervios del primer día de trabajo en la empresa y la frustación a causa de esta misma así como las bromas y las pequeñas charlas en italoespañol chapurreado en el almecén con mis compañeros.
Las lágrimas derramadas al llegar a casa y darme cuenta que realmente me encontraba a 2854,6 km de mi hogar, mi pareja, mi perra y mis amigas pero tambien las risas cenando en el Martinuchi despues de salir de trabajar con mi compañera, esos dos chicos de santiago y las tres malageñas. Todas completas desconocidas, en un país desconocido, pero con ganas de salir, de investigar y de conocer nuevas culturas, nuevos idiomas, nuevos sitios y sobretodo nuevos amigos.
De en mi vida diaria salir 3 veces al año a recorrerme todos los bares de jueves a lunes, de negarme a tener ningún tipo de socialización con personas desconocidas me he visto a mi misma teniendo las conversaciones mas interesantes en un idioma que no hablo y con gente que a día de hoy sigo sin saber pronunciar sus nombres. A lo que voy es que sí, te guste o no cambias, y mucho. Irse de Erasmus tiene sus cosas malas, pero tambien sus cosas buenas como todo en esta vida y eso lo he aprendido estando allí, he aprendido a ser positiva y a ser fuerte, a no obesionarme si las cosas no salen como una quiere y a disfrutar del momento, porque que algo salga mal no es el fin del mundo, además son tres meses, inicialmente tres largos meses para luego pasar a ser "no me puedo creer que ya hayan pasado tres meses, me quedaría un mes más".
Ahora estando ya aquí, en mi habitación escribiendo esto en mi portatil y mi perra durmiendo sobre mis pies bajo el escritorio sé que esa yo italiana quizás desaparezca un poco pero sinceramente espero que no del todo.
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