Mi movilidad Erasmus ha sido en la ciudad de Olomouc (República Checa).
Aunque nunca había viajado ni sola ni acompañada, esta
no fue una decisión que me costase mucho.
Llevo unos años con la idea de que me gustaría
trabajar y vivir en otro país por un tiempo así que cuando me enteré de que
había la posibilidad de hacer las prácticas con ERASMUS+ pensé que sería buena
idea, al final fue como una prueba de lo que podría ser esa experiencia y así
ver si podría ser capaz de desenvolverme en un entorno completamente distinto a
lo ya conocido.
La empresa donde hice las prácticas es del sector eléctrico, trabajan con instalaciones solares, instalaciones de interior, telecomunicaciones…
La mayoría de días estuve en un equipo de cinco
personas y aunque solo uno de ellos hablaba inglés, con el resto nos hicimos
entender.
En cuanto al trabajo poco a poco me fueron dejando
hacer más cosas aunque no hubiese muchas tareas por día, intentaban darme algo
para hacer.
Con el inglés tenía algo de miedo porque no tenía mucha fluidez pero con el paso de los días entre el trabajo, la gente con la que me cruzaba en la residencia y las personas que conocí en los sitios que visité fui cogiendo confianza y soltándome un poco más.
Algo que me gustó mucho fue el poder coger un tren o un bus y visitar otros lugares, pude ir a Praga, Cracovia, Viena y Brno. Son lugares que siempre quise visitar pero que desde aquí sería más difícil, estando allí en menos de tres horas podría llegar a muchos sitios.
En esos pequeños viajes pude conocer a muchas personas con las que hablar y compartir sobre las diferentes culturas de cada país, a la vez que me recomendaron lugares que visitar de sus países.
Ha sido una experiencia que creo que no olvidaré y espero poder hacer algo similar en un futuro. Es algo que me cambió de manera positiva al hacerme salir de mi zona de confort y tener que enfrentarme a nuevas situaciones sola, gané independencia y confianza en misma.